venden varios metales en forma de molduras, más bien pequeñas, de diversos tipos y utilidades. además de chapas, perfiles y tubos de distinto grosor y tamaño que se cortan y venden al peso en un espacio y ambiente... ¿curiosón?
señalaba yo a una amiga, la singularidad de la tienda en cuestión y de la -que pudiendo ser mucha, a mí me parecía- poca delicadeza de los grafiteros locales.
como otras veces, mi amiga, no dudó en apabullar sensibilidades situando la tiendecilla en el cuerpo de una gacela cualquiera. una gacela que se singulariza a raíz de una desgracia que, en pleno serengueti, la convierte en objeto codiciado por chinches, garrapatas, pulgas, hienas y demás fauna -tan respetable como cualquier otra pero- oportunista.
la "gacela", actualmente, se encuentra optimista y razonablemente bien de salud.
si lo consideran de interés, pásense a verla, está en el zoo de la calle fuencarral en madrid.
besos.
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