lunes, 14 de junio de 2010

mundo finito

creo que, desde que aprendimos a echar las primeras cuentas, la cosa es sencilla:

tengo diez manzanas.
me como cuatro.

cuántas manzanas me quedan?

parece claro que seis.

la cosa puede variar y complicarse si cambiamos el contexto de un aula de preescolar por la vera de un manzano. o más aun, si en vez de manzanas hablamos de huevos y de gallinas en vez de manzanos.

he dicho algo de huevos de oro?
ha sido una broma.
jeje.
no vayáis a pensar...
no lo estaréis pensando...

socorro! me quieren robar la gallina!

un dramón que solo puede acabar con la gallina muerta.

o entubada.

por mi parte, les ruego que sigan tendiendo el hilo, sabedores de que pueden -como mínimo- utilizarlo de referencia para volver sobre sus pasos si se pierden.
se lo ruego con la esperanza puesta en que relacionen este modesta historia anónima con nuestra preciosa biosfera. y que -aplicando los conocimientos de matemáticas que sin duda nos sobrevivirán- echemos unas sencillas cuentas tipo "tengo diez manzanas".

besos

una versión del anónimo:
y un vídeo descriptivo en el blog que lo conocí:

miércoles, 2 de junio de 2010

leonardo, la penúltima tortuga ninja.

ruego mil perdones. pero, creo que hoy debo agredir su sensibilidad.

quiero dar continuidad a una historia aun cuando, la protagonista, la tenga ya por terminada.

se trata de un incidente en un cruce de caminos de carácter liberal. obviamente no hay cruce de camino más que de "facto" (que bastante es)

el "a dónde iba ella" y "de dónde venía él", no importan demasiado para el desarrollo de la historia. limitaré el decir a que, se iba y se venía, de "algun sitio".
aunque en los dos casos -"iba", "venía"- utilice el pasado, dando por finalizada la acción; sí resulta relevante señalar que, en el primero, la conclusión no coincidió con la consecución del objetivo que la propuso.

en el segundo es de esperar que sí.

con lo que tendremos ya un perjudicado -perjudicada- con el encuentro: la tortuga.
y habrá que valorar la evitabilidad, de la triste condición de la que se ha hecho cargo leonardo, y el interés por evitarla.

demos por hecho el interés, puesto que, es sabido, un perjuicio siempre es un pesar para todos los sujetos implicados, sean éstos sujetos activos, pasivos, de buena, mala fe o meros observandos...

o eso quiero creer.

en cuanto a la evitabilidad hay que presumir que la coincidencia en el tiempo y en el espacio trae consigo, ineludiblemente, el resultado visto. así, tendríamos que modificar una de las variables con el fin de evitar esta coincidencia.

cómo?

creemos que cualquier señalización por parte de la tortuga puede provocar el efecto contrario del buscado (efecto diana). así que, recomendamos sean desechadas las iniciativas en esta línea.
la inclusión de un objeto punzante en el diseño del caparazón, con la suficiente capacidad de penetración, así como la publicidad del mismo en el periódico local, podría, de alguna manera, favorecer el uso de una mayor atención por parte del resto de usuarios de la vía. sin embargo, tampoco -esta iniciativa- se ve libre de los problemas derivados que conlleva toda manifestación de principios de carácter revanchista; y debemos descartarla.

una correcta lectura de los datos que aportan sus sentidos (ruído, luces o vibración) pueden guiar al cruce, en momento adecuado, de un territorio significativamente distinto del habitual y esa debiera ser la responsabilidad de leonardo.
responsabilidad de la que no le podemos hacer esclavo por su doble condición de tortuga y de víctima.

de igual manera, y ahora atendiendo al segundo implicado, la señalización adicional(ráfagas, toques de claxon repetidos y/o un continuo), no parece que fuera a conseguir otra cosa que la de dar mayor vistosidad al accidente. lo que causaría en la víctima estrés añadido e innecesario.
rogamos -por tanto- no sea tenida en cuenta y

sí se valore ir más despacio y con más atención o quedarse en casita...

así, como ella: la rosa, que "se cree terrible con sus cuatro espinas. -ya pueden venir los tigres con sus garras- dice",
también quiero destacar la inocencia de la tortuga si, viendo venir al coche, no dudó de su coraza
pero... qué más tenía?

besos y, otra vez, perdón (imagen dura):

información complementaria: