martes, 8 de febrero de 2011

guau

durante mucho tiempo, la relación con mi entorno, me ha resultado dificultosa.
me lo sigue resultando -no se vayan ustedes a creer-. pero, he descubierto alguna de las razones que antes se me escapaban:

yo, como perro sin dueño, me acurruco a la sombra de cualquier chaparro.
esto tiene dos puntos de vista,

el mío, yo me cobijo.
el del chaparro, yo le cobijo.

hay chaparros y chaparros.
el hecho de que yo repare poco en sus calidades, no quiere decir que no las tengan.
que, segun sean éstas de una u otra manera, se sientan -los chaparros- en una u otra obligación ante mi desparpajo.

y, estamos en todo esto, cuando hay quien dirá que "qué pasa si somos dos queriendo estar debajo del mismo chaparro".

en fin, no sé si me habré explicado.
y si, de haberlo hecho, esta explicación puede valer de algo a alguno de ustedes.
yo, ya les digo, no creo haber mejorado mucho con mi descubrimiento.

guau.