domingo, 1 de mayo de 2011

los hay con suerte


hoy, al pie de la ventana,

un grupo de chicos del barrio
ha encontrado uno de esos pajarillos que se caen del nido, les echan o de los que simplemente salen en mal momento.

uno de esos pajarillos que palpitan cada primavera entre la suciedad de cualquier rincón.
de esos que intentan esconder sus pocas fuerzas, detrás de la seriedad de una boca desmesurada y ojillos espantados.

las voces eran claras:
ha sido objeto de un linchamiento.

no es que un pájaro sea igual a una persona,
que a un grupo de jóvenes se le pueda pedir una sensibilidad que quizá nosotros tampoco tuvimos
o seguimos sin tener.
pero, ...
... un linchamiento es un linchamiento.

entonces no les dije nada.
ellos ya lo saben y una masa sedienta de sangre
-aunque sea sedienta de la sangre de un polluelo-
es difícil de gestionar.

ahora escribo.